El reguetón murió cuando los reguetoneros dejaron de hacerlo. Hubo un momento en la historia de Puerto Rico cuando se producía reguetón. Pero eso fue en los 90’s.
Sin embargo, el underground ha dado señales de vida. O más bien señales de movimiento y tránsito. En todo caso el reguetón se acomoda a la metáfora (passé) del zombie y del cadáver animado.
La gran mayoría de los reguetoneros y sus seguidores han optado por la alternativa comercial, limpia y bailable de la producción del reguepop; Wisin y Yandel, Yankee, Don Omar, y los demás están haciendo música dance/global/fusion o balada cheesy. Y dictaron la pauta para todos los chamaquitos urbanos con demo. El reguetón murió, indeed.
Sin embargo, encontramos dos propuestas atractivas de reguetón underground hechas en la era del post reguetón. Se trata de Jamsha el Putipuerko y algunas instancias de la propuesta Calle 13.
Notamos una soltura y apuesta a la cafrería, a la obscenidad y al shock value, pero muy conscientes del proceso. En ambas propuestas identificamos una apropiación de los códigos del underground que van desde la vestimenta, baile, manerismos y la jerga hasta los ritmos y pistas. El uso de estos códigos siempre atemperados a otra estética más personal nos deja una parodia del reguetón y a veces pastiche.
Calle 13 ejemplifica mejor su estilo paródico con temas como “Guiyi guaye” donde dice haberse “jalado como ochenta puñetas a tu nombre…tengo la pija color violeta” y en un momento de despectivo meta underground nos enfatiza lo estúpido e insignificante que resultan los disparates que canta en el coro “el coro va por la casa” y se pasa por el culo lo que el piensa que es el reguetón: ordinario y analfabeto. Pero como nos gusta.
En este caso, Calle 13 nos ayuda a ver el underground y a derivar placer del saber y estar conscientes de lo pedestre del cancionero reguetono. Últimamente su vocalista y autor René Pérez (Residente), ha ensayado un estilo orientado al hip latinoamericano/alternative/global. Pero su mejor momento siempre será aquel en el que ensayó su meta-reguetón y en el que mató el reguetón con más reguetón.
Por otro lado, Jamsha “El Putipuerko” no representa al reguetonero undergroun’ noventoso, Jamsha embodies it. En su propuesta no registramos quiebres paródicos. Hay un asumir el rol cafre que guía toda la propuesta. Jamsha is truly fearless.
Su música es decididamente underground, confrontativa y estúpida. Podríamos ver la música y los videos de Jamsha en un contexto 1997 y ubicarlos adecuadamente, seamlessly. Incluso el estilo do it yourself de la produccíon de su música y sus video resultan en una cualidad hecha a mano que el reguetón perdió hace millones de dólares. La apropiación en Jamsha del underground sucio y sagrado se da de manera invisible porque él no le tiene miedo a la censura, ni invierte un dineral en sus videos.
El gozo es nuestro, de los que vivimos la era del underground, que conocemos a la bestia y no nos da miedo. Jamsha nos acerca a nuestro cafre, a nuestro putipuerco, a nuestra persona más baja. Nos encanta cada segundo.
Chequéate su video de “Ella tiene jevo pero quiere güevo” y decide si es un genio o un cafre más. Yo me inclino por lo primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario